Puesta del belén en la Covacha

Como cada año el día 13 de diciembre unos cuantos intrépidos montañeros (este año había caravana) colocamos el belén y cantamos unos villancicos (Los pastores, campanas sobre campanas,...) en La Covacha.
Algunos salimos el sábado por la mañana y tras un paseo por un camino muy bonito llegamos sobre las 4 de la tarde al refugio de la angostura, allí recogimos leña para la tarde noche y esperamos a que llegara el resto de la expedición. Irían llegando desde varios sitios y a varias horas, unos por donde llegamos nosotros y llegaron sobre las 8, otros por la portilla Jaranda sobre las 7, y la pareja campeona que salió desde Jerte y llegó sobre las 10 al refugio después de una odisea mayor que la de Frodo en el señor de los anillos.
La siguiente foto la he metido aunque la calidad es muy mala porque quiero que se vea el ingenio de Isamel para no pasar frío, se puso el plumas como pantalón y empezó a saltar y decir chorradas con lo cual nos pasamos un rato bastante agradable.
A la mañana siguiente, sobre la 8 de la mañana, aparecieron otros 3, la única chica que gozó de nuestra agradable compañía escoltada por dos apuestos caballeros, uno de ellos con mandil y que nos trajeron, y eso sí que tiene mérito, unos churros con chocolate. Después de la pitanza comenzamos a subir no sin problem as de infraestructura pues hubo un momento en el que nadie sabía en qué mochila estaba el belén, hasta el refugio lo subió Jesús y no hubo ningún problema, pero cuando se encargan los mayores de semejante tarea comienzan los percances. Tras diversas pesquisas descubrimos que lo llevaba Javi en su mochila por lo que se le agradeció arrojándole bastones, piedras e insultos varios.
Sin más incidencias llegamos a Las Azagallas y tras el paso de estas nos estaban esperando más aguerridos compañeros, cada uno a su paso llegamos a La Covacha dónde cantamos los villancicos antes mencionados y algunos más. Poco después regresamos por nuestro camino y un poco antes de llegar a Las Azagallas hubo un pequeño accidente ( menos mal porque podría haber sido grave) cuando un montañero se resbaló en uno de los pasos y cayó unos 50 metros, pudo agarrarse a una piedra y allí se quedó hasta que un compañero, uno de los Javieres, lo rescató. Tenía un golpe o roce en la espalda y bajó bastante dolorido hasta el coche, esperemos que sólo haya sido el susto.
Desde aquí bajamos por Castilfrío, allí una chica del grupo de Cáceres tubo una torcedura de tobillo. Prestos, Emilio y Borja subieron con el coche por la pista para llevarla hasta el autobús y evitarle la bajada de Sillares. Los demás los esperamos o bien donde teníamos los choches o en el bar de Puertocastilla donde al calor de la chimenea nos bebimos unas cervezas y comimos lo que nos había sobrado de la travesía además de los dos platos que nos sacaron la pareja tan amable del bar, que por cierto, sacarlo y desaparecer del plato fue todo uno. ¡¡Vaya cuadrilla de buitres!!.
Algunos rematamos la faena en el Petro comiéndonos unas morcillas con unas cervezas,después de lo cual cada mochuelo se fue a su olivo.
Un saludo para todos los montañeros y montañeras que disfrutamos de esos dos días maravillosos, tanto por la compañía como por el entorno.